domingo, 30 de marzo de 2008

Euskaldun


Queridos papá o mamá, continuando con mi viaje de autoconocimiento y emulando al tío Matt con su sobrinillo Gobo, he alcanzado tierras vascas. Al llegar he tenido la sensación de haber sido engañado durante toda mi vida por los viandantes madrileños que corretean por Embajadores y consideran hostiles estos parajes y sus gentes.

Llevo días sin que los chiquiteros de mi cuadrilla, a los que conocí apenas hace un par de días y que ya me tratan como un igual, me dejen encontrar la salida de las siete calles del casco viejo y apear el zurito o el chiquito de la mano. Aunque también he encontrado tiempo entre pote y pote para visitar el museo Guggenheim, como podéis ver en la foto.

No tengáis en cuenta mi mala cara, ya sé que estoy más pálido de lo habitual pero es debido a la resaca, sí mamá, no te eches las manos a la cabeza, necesitaba conocer la sensación del licor por la garganta plastificada –esa misma en la que en otro tiempo y en manos desconocidas se sirvió champaña y cerveza a espuertas- y sus efectos lúdicos y desinhibidores, compréndeme, necesito descubrir un nuevo mundo cada día, una nueva experiencia en cada viaje, y con ello no os echo en cara el haberme mantenido aislado durante toda mi juventud, sé que lo hicisteis porque creíais que esa era la mejor forma de educarme ante un mundo que nunca aceptaría mi diferencia, pero me alegro que os equivocarais; he descubierto que el mundo es amable conmigo y sus gentes me respetan y admiran, viva Rousseau y el niño salvaje… y El Emilio también, qué coño.

Desconozco donde me llevarán los pasos, esos pasitos reptantes míos, son muchos los sitios por descubrir y más sus gentes, por lo que no puedo daros una dirección fija donde pudierais enviarme vuestros pareceres, aunque os pediría que sí me contestarais a través del blog donde publico mis viajes, la dirección es: http://viajesdevalentin.blogspot.com/

Necesito saber de vosotros, contestadme padres míos, se me desgarra el alma con sólo pensar que pudierais estar resentidos o afligidos con mi proyecto.

Abur, os quiero y os llevo en lo más profundo del vaso de plástico que me sirve de corazón.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Yo y la ciudad de las tres culturas


Hola papi y mami,

Me encuentro en Toledo, una ciudad llena de historia, ¡lástima que a pesar de lo cerca que estaba de casa nunca me trajérais a verla!, pero bueno, no quiero entrar en reproches.

Esto es muy bonito, hay mucha gente a la cual llaman "bolos" estoy investigandolo pero creo que puede ser por su semejanza a esos trozos de palos que derribas con una pelota. Además hay muchas armaduras, seguramente por el frío y aire de la ciudad y espadas con las que matan ciervos y venaos para cocinar de aperitivo.

Aún con estas rarezas, es una ciudad preciosa, con callejuelas, cuestecitas y rincones encantadores, iglesias, mezquitas... Desde aquí, a orillas del río Tajo, a veces me acuerdo de Madrid, del bar y de vosotros y siento un cosquilleo de nostalgia. Os hubiera encantado todo lo que estoy visitando.

Me despido, pensando ya, en otro destino a descubrir...

Valentín

domingo, 23 de marzo de 2008

La "madrugá" en Sevilla


Papá, mamá, aún estoy estremecido de la experiencia en Sevilla de esta Semana Santa ¡Qué “madrugá” de éxtasis con el Cristo del Gran poder! “Vivo sin vivir en mí”; me tiemblan todavía esas piernas que aun sin llegar a tenerlas nunca siento, cuales miembros fantasma, como si fueran mías; “y tan alta vida espero”; nunca antes, durante mi hierática estancia en la Calle Embajadores había sentido tan cerca de mí a Dios padre, trino y uno; “que muero porque no muero”.

No olvidaré jamás como, con el beneplácito climatológico y la acogida cariñosa de la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, se me hizo participe de la mayor experiencia mística de mi vida, ese sentimiento religioso de la multitud a nuestro paso, esa responsabilidad apostólica de los costaleros, esa lágrima sofocada a nuestro paso… por qué padres, no me habías mostrado lo hermoso del catolicismo, la creencia pura, el sentimiento cristiano por encima de oropeles y discursos, por qué me obligasteis en su día a apostatar, por qué, me cago en todo el santoral, por qué…

jueves, 13 de marzo de 2008

En Lisboa



Papá, mamá, espero que ya no sigáis llorando mi ausencia, no lloréis, por favor, vuestros llantos y plañidas encogen mi joven y aventurero corazón de plástico, ese mismo que ahora vive en un continuo vaivén de nuevas y frenéticas emociones.
Como podéis comprobar en la foto estoy en Lisboa, siempre he deseado conocer los cafés en los que Pessoa creo a Álvaro de Campos y a Ricardo Reis, la pensión de mala muerte en la que, huyendo de sus amantes se recogió y dónde en el día de mayor lucidez de la literatura universal escribió "el guardador de rebaños" de Alberto Caeiro; la estatua que en la Plaza Luis de Camoes homenajea al creador de Os Lusiadas; los callejones adoquinados donde se perdieron Saramago y Lobo Antunes; el 28 para disfrutar de a baixa como bien se merece una ciudad tan decadente como maravillosa; los sonidos que recogía el personaje de la película de Wenders, mezclándose junto al rumor lejano del Atlántico en plena cópula con el Tajo las voces de Mariza, Dulce Pontes o Teresa Salgueiro...

"Se ser fadista, é ser lua,
É perder o sol de vista,
Ser estátua que se insinua,
Então, eu não sou fadista

Se ser fadista é ser triste,
É ser lágrima prevista,
Se por mágoa o fado existe,
Então, eu não sou fadista"

Os quiero, padres míos, espero que os alegréis por la emoción que me provoca esta ciudad y que no me echéis demasiado de menos, al menos no tanto como yo os añoro.

Valentín.

lunes, 10 de marzo de 2008

Emancipación

Papá, mamá, no os preocupéis por mí, sé que mi desaparición os ha ocasionado más de un dolor de cabeza, soy consciente de que no os esperabais que de la noche a la mañana fuera a desaparecer de la manera en que lo hice, pero tenéis que comprender mi estado de ánimo, siempre viendo pasar la vida frente a mí, siempre con el apestoso olor a gallinejas subiendo desde la calle de Embajadores, siempre estático, y aún así sonriente, feliz pese a mi quietud, escuchando historias del mundo exterior, cómo quedarme aquí y no salir a conocerlo, cómo ignorar el mundo.

Sé que esta primera carta os tranquilizara, como podéis ver en la foto en que me despido del autobusero que me llevó hasta Plaza de Castilla el día en que decidí huir, estoy muy bien de salud y os puedo asegurar que mejor aún de ánimo, todo es nuevo para mí, todo por descubrir, creo que jamás he sido tan feliz.

Os seguiré informando sobre mis experiencias allá donde el azar me lleve, y no dudéis ni un segundo que seguís siendo lo más importante.

Os quiere con todo el desgarro del alma vuestro hijo Valentín.