lunes, 10 de marzo de 2008

Emancipación

Papá, mamá, no os preocupéis por mí, sé que mi desaparición os ha ocasionado más de un dolor de cabeza, soy consciente de que no os esperabais que de la noche a la mañana fuera a desaparecer de la manera en que lo hice, pero tenéis que comprender mi estado de ánimo, siempre viendo pasar la vida frente a mí, siempre con el apestoso olor a gallinejas subiendo desde la calle de Embajadores, siempre estático, y aún así sonriente, feliz pese a mi quietud, escuchando historias del mundo exterior, cómo quedarme aquí y no salir a conocerlo, cómo ignorar el mundo.

Sé que esta primera carta os tranquilizara, como podéis ver en la foto en que me despido del autobusero que me llevó hasta Plaza de Castilla el día en que decidí huir, estoy muy bien de salud y os puedo asegurar que mejor aún de ánimo, todo es nuevo para mí, todo por descubrir, creo que jamás he sido tan feliz.

Os seguiré informando sobre mis experiencias allá donde el azar me lleve, y no dudéis ni un segundo que seguís siendo lo más importante.

Os quiere con todo el desgarro del alma vuestro hijo Valentín.


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